
Movilidad eléctrica
Inclusión de la movilidad eléctrica en las políticas de movilidad sostenible
La movilidad eléctrica, como parte de un sistema de movilidad integrado, debe equilibrarse e integrarse en el marco Evitar, Cambiar y Mejorar (Figura 1).
Se refiere al uso de vehículos propulsados por sistemas que utilizan energía eléctrica para desplazar personas o mercancías.
En este contexto, las políticas de movilidad urbana sostenible deben contemplar acciones integrales que tengan en cuenta la pirámide de la movilidad y sus objetivos: en primer lugar, reducir la necesidad de desplazarse, seguido del cambio a modos de transporte energéticamente eficientes y, por último, mejorar la eficiencia de la tecnología. La figura 1 muestra cómo encaja la movilidad eléctrica en el marco de Evitar, Cambiar y Mejorar. Dentro del pilar Mejorar, la movilidad eléctrica funciona para apoyar la transferencia de última milla de los sistemas de transporte, tanto para el transporte público como para el transporte de mercancías. Además, en este pilar la transición a la movilidad eléctrica puede servir de catalizador para un transporte público limpio y la renovación de la flota (ONU-Hábitat & UEMI 2022, p. 5).

Los vehículos eléctricos son vehículos propulsados únicamente por fuentes de energía eléctrica y cuya carga de batería utiliza exclusivamente este tipo de fuente de energía. Además, deben producir cero emisiones contaminantes directas. En ningún caso se entenderán como vehículos eléctricos los vehículos que dispongan de sistemas de autogeneración con fuente de combustión interna, cualquiera que sea su configuración;" (LOCE 2024 p. 16).
La movilidad eléctrica ofrece múltiples ventajas que repercuten positivamente en varios ámbitos:
Beneficios medioambientales
Los vehículos eléctricos no emiten gases contaminantes, lo que contribuye a mejorar la calidad del aire y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Beneficios económicos
La movilidad eléctrica puede reducir los costes de explotación debido al menor precio de la electricidad en comparación con los combustibles fósiles y al menor mantenimiento que requieren los vehículos eléctricos.
Beneficios sociales
Al reducir la contaminación atmosférica, disminuyen las enfermedades respiratorias y mejora la salud pública. Además, los vehículos eléctricos generan menos ruido, lo que contribuye a crear entornos urbanos más silenciosos.
