Centrado en la influencia a medio y largo plazo, este componente pretende acelerar la transición a la movilidad eléctrica abordando las condiciones facilitadoras clave.  

 

Los esfuerzos incluyen la introducción de modelos de negocio y legislación para apoyar el desarrollo de servicios de alquiler, leasing y suscripción de VE. 

 

Además, las mejoras normativas reducirán la diferencia de costes entre los vehículos eléctricos y los tradicionales, junto con estrategias para desplegar estaciones de recarga interurbanas. Un análisis integral de los efectos socioeconómicos guiará una estrategia para una transición justa que mitigue los impactos adversos y potencie los resultados positivos.